La palabra liderazgo define a una
influencia que se ejerce sobre las personas y que permite incentivarlas para que trabajen con entusiasmo por un objetivo común. El liderazgo se puede ejercer de varias formas
(estilos), pero no todos son igual de óptimos, por lo que es importante saber qué estilos utilizamos
más y cuáles menos y si existe desequilibrio entre este uso, por si tenemos que enriquecer nuestro
estilo con algún otro, o dejar de ejercer un tipo determinado de liderazgo que no está consiguiendo los resultados deseados.
A continuación se detallan 6 estilos de liderazgo,
definidos por Goleman, Boyatzis y McKee en su libro "El líder resonante".
Estos 6 estilos se describen ordenados del menos
resonante al más resonante (resonancia en el liderazgo: cuando el equipo da lo mejor de sí mismo para conseguir resultados y su líder también)
- Liderazgo autoritario. Este estilo se muestra como uno de los menos resonantes, de hecho es un estilo que destruye la motivación en poco tiempo. Es un estilo que
se debe utilizar en situaciones críticas. Los líderes que lo utilizan con cierta asiduidad acaban perdiendo el compromiso de su equipo y, en la empresa, puede hacer que sólo permanezcan las personas
que no tienen otra salida que quedarse. El talento que puede, se fuga.
- Liderazgo democrático. Este tipo de líder deja en el equipo la capacidad de decidir. El líder no adquiere una relevancia importante y su actuación no aporta
demasiado valor añadido. Este estilo es recomendable para situaciones poco importantes que podamos delegar 100% y en las que el líder no quiera actuar. Sin
embargo se espera del líder visión estratégica y determinación ante las situaciones importantes, por lo que será un estilo a utilizar puntualmente.
- Liderazgo afiliativo. Su lema es “primero las personas”, lo cual hace que este tipo de líderes tengan una relación extraordinaria con
los demás, que sean cercanos y exista una familiaridad importante con su equipo. Sin embargo, a menudo se olvida de los resultados, lo que hace que su estilo no sea el más resonante. Con
las personas muy bien, pero con los resultados no tanto. Este liderazgo es ideal cuando el equipo a dirigir es nuevo, o cuando el equipo ha cambiado y sufrido mucho por algún motivo.
Imaginemos, como líderes, un equipo que ha sufrido una disminución del 50% de sus miembros. ¿Seríamos autoritarios con ellos o ganaríamos de nuevo su confianza y crearíamos espíritu de equipo y buen
clima? Es recomendable utilizar este equipo para ganar compromiso, implicación y conseguir un buen clima en un equipo.
- Liderazgo timonel. Aquí el líder dice qué hay que hacer, lo monitoriza y corrige. Su papel, al igual que el del timonel de un barco,
es poner rumbo y mantenerlo. Es un liderazgo muy efectivo y quizás de los más utilizados. Sin embargo, no es suficientemente efectivo en el desarrollo del talento y potenciación
de cualidades personales, así como en inspirar a otros. A la larga el talento se acaba fugando si este líder no enriquece su estilo con otros más resonantes.
- Liderazgo - coaching. El líder coach es un líder que utiliza habilidades, técnicas y modelos de coaching para sacar lo mejor de su
equipo. Lo sitúa en zona de aprendizaje y hace que el propio equipo e individuos se cuestionen su forma de funcionar, potenciando la mejora constantemente. Sin ofrecer
demasiadas guías y tutorización, el líder-coach consigue que las personas mejoren por sí mismos.
- Liderzago visionario. Definido como el más resonante. Gracias a una visión muy inspiradora y a su compromiso con ella, consigue
que las personas se contagien y sean fieles a ésta visión. El líder visionario es ese tipo de persona que mueve a las masas. Son claros ejemplos de este tipo de liderazgo,
por ejemplo, Mandela o Gandhi a nivel histórico, y a nivel empresarial conocemos a Juan Roig (Mercadona), Amancio Ortega (Zara), Steve Jobs (Apple)…
A pesar de tener definidos éstos 6 estilos de liderazgo, es
importante saber que éstos son o deberían ser situacionales, es decir que dependiendo de cada situación y
momento lo ideal es que el líder elija uno u otro, para adaptarse al equipo, a la realidad o a la situación.